Un satélite es cualquier objeto que orbita alrededor de otro, que se denomina principal. Los satélites artificiales son naves espaciales fabricadas en la Tierra y enviadas en un vehículo de lanzamiento, un tipo de cohete que envía una carga útil al espacio exterior. Los satélites artificiales pueden orbitar alrededor de lunas, cometas, asteroides, planetas, estrellas o incluso galaxias. Tras su vida útil, los satélites artificiales pueden quedar orbitando como basura espacial.
En los años 80's se crearon 5 tranbordadores: El Columbia, Challenger, Endeavour, Discovery y Atlantis. Dos de ellos se destruyeron en accidentes.
Desastre del Columbia:
La última misión del Columbia se designó como STS-107, y tuvo lugar entre el 16 de enero de 2003 y el 1 de febrero de 2003. En el momento del despegue, el orbitador recibió un impacto en la parte inferior del ala izquierda, provocado por el desprendimiento de un trozo de espuma de poliuretano, aislante del tanque externo.
El impacto ocurrió entre los 81-82 segundos después del lanzamiento. Según los estudios de la NASA, el fragmento tenía un tamaño de 20 x 16 x 6 pulgadas (50 x 40 x 15 centímetros), y un peso de aproximadamente 1 kg, y pudo haber golpeado el ala a unas 500 millas por hora (805 km/h); la fuerza del impacto se calculó en casi una tonelada. El golpe producido en forma tangencial perforó un par de paneles detrás del borde de ataque, cerca del pozo del tren de aterrizaje. El accidente no fue percibido por los tripulantes ni tampoco durante la misión. Control de misiones, al parecer, estuvo al tanto del desprendimiento del resto, pero desestimó el alcance del evento.
El problema se materializó durante el reingreso a la atmósfera terrestre. Debido al impacto de este fragmento se desprendieron losetas de protección térmica cerca del tren de aterrizaje; de esta manera entró el calor abrasivo del plasma que se forma durante la reentrada a la atmósfera, ocasionando la destrucción por fusión de la estructura interna del ala izquierda, lo suficientemente grande como para producir una desestabilización y desprendimiento. Durante el reingreso, los sensores térmicos detectaron un aumento inusual de temperatura en la región del impacto. Durante el reingreso debido al calor, el ala finalmente se desprendió, ocasionando que el transbordador girara violentamente sobre sí mismo, deshaciéndose estructuralmente.
A las 07:59:32 hora central de Estados Unidos se perdió la comunicación con el Columbia; pocos minutos después los noticieros del mundo empezaron a transmitir imágenes del orbitador desintegrándose mientras surcaba los cielos de Estados Unidos, con lo cual se daba parte de la pérdida del Transbordador y el fallecimiento de sus siete astronautas. Después de ese momento detuvieron los viajes al espacio para revisar cuáles fueron los fallos del mismo transbordador y de los demás. Después de dos años de revisión y de supervisión a los transbordadores, se reinició su actividad con el lanzamiento del transbordador espacial Discovery.
Desastre del Challenger
El Challenger fue destruido en el segundo minuto de la misión STS-51-L, la décima misión del orbitador, el 28 de enero de 1986, cuando un anillo O de su cohete impulsor (SRB) derecho falló. Los anillos O fallaron debido principalmente a la sobrecompresión repetida durante el montaje. Este fallo permitió que una columna de fuego se escapase del SRB y quemase el tanque de combustible externo (ET). El hidrógeno líquido del tanque externo derramado comenzó a arder, cortando las abrazaderas que mantenían al SRB. El SRB se balanceó y golpeó el ala derecha del Challenger. Esto causó que el montaje completo virase bruscamente y el Transbordador quedó expuesto a fuerzas aerodinámicas incontroladas.
El transbordador entonces se vio envuelto en una gigantesca bola de fuego, desintegrándose casi en su totalidad, emergiendo la cabina intacta de la conflagración. Los 7 tripulantes fallecieron al impactar la cabina de la nave contra el oceano, tras una larga caida de casi tres minutos. Las circunstancias finales de su muerte se desconocen, la comision investigadora del accidente 2 determino como ¨poco probable¨, el hecho de que alguno de ellos estuviese consciente al momento del impacto, aunque posteriormente salieon a la luz publica evidencias de que al menos cuatro de los miembros de la tripulación pudieron activar sus sistemas auxiliares de suministro de oxigeno, y que intentaron socorrerse mutuamente.
La cabina fue la única sección de la nave que logro sobrevir a la terrible destrucción de la explosión, pero no pudo soportar el impacto final contra el oceano, desintegrándose junto con sus ocupantes. Se determinó que la tragedia sobrevino debido a una filtración de gases provenientes de un anillo defectuoso del cohete de propulsión sólida derecho. El módulo de la cabina cayó desde una altura de 15.240 metros, produciendose así el fatal desenlace.
El transbordador espacial o lanzadera espacial (en inglés Space Shuttle) de la NASA, llamado oficialmente Space Transportation System (STS), traducido "Sistema de Transporte Espacial", es el único vehículo espacial utilizado actualmente para el transporte de astronautas por parte de Estados Unidos. En particular lo destacable de él es que es parcialmente reutilizable.
El programa del transbordador espacial comienza a finales de los años 60 y se convierte en prioridad principal de la NASA en los 70. En enero de 2004, la NASA anuncio que retirará la flota entera de transbordadores y los sustituirá en 2010. Después del desastre del Columbia en 2003, no hubo más vuelos. El regreso de los vuelos con la misión STS-114 fue programado inicialmente en julio de 2005, pero debido a problemas en un sensor del tanque externo se descartó. Después de más de dos años de suspensión, el 26 de julio de 2005 el Discovery reanudó las operaciones con la Estación Espacial Internacional (ISS) para la transferencia de material y abastecimiento. En la reentrada a la Tierra hubo problemas técnicos con el seguimiento de la nave a causa del mal tiempo sucedido el 9 de agosto.
Tecnología espacial es la tecnología relacionada con la llegada al espacio, el uso y mantenimiento de diferentes sistemas (vitales, o de experimentación) durante la estancia en el espacio o vuelo espacial y el retorno de las personas y las cosas desde el espacio. La tecnología espacial tiene multiples usos: desde los muy específicos y relacionados con campos de investigación muy especializados hasta aquellos que se perciben en la vida cotidiana como revisar el pronóstico meteorológico, ver televisión por la antena parabólica o utilizar un dispositivo GPS.
El espacio exterior, entendido como lo opuesto a la Tierra, es un entorno extraño al hombre y requiere por tanto técnicas y conocimientos adecuados. Las nuevas tecnologías originadas y aceleradas en su desarrollo gracias a la investigación espacial, han tenido y tienen importantes aplicaciones comerciales. Ésto ha sido considerado por los defensores de la investigación espacial como un punto a valorar de cara a la inversión de las administraciones públicas en las actividades y programas espaciales. Los opositores a la investigación espacial consideran que sería más barato desarrollar las mismas tecnologías directamente, sin necesidad de gastos en investigación espacial.
Actualmente, diversas aplicaciones de uso diario dependen de tecnologías específicamente desarrolladas para el espacio exterior: Satélites de telecomunicaciones, satélites de telemetría, etc. Inicialmente éstas tecnologías fueron consideradas tecnología espacial, especialmente durante la guerra fría y la subsiguiente carrera espacial pero la amplia utilización actual, mucho menos orientada al entorno militar y la cantidad de aplicaciones creadas, especialmente desde el desarrollo de los ordenadores, hacen que sea difícil considerarlas como tal.